Decenas de personas se manifestaron frente al hotel en el que se celebró la subasta, que concedió solo cinco de los 92 concesiones marítimas ofertadas.
Tras la oposición de movimientos ambientalistas, el Gobierno de Brasil fracasó este jueves al conceder solo cinco de las 92 concesiones marítimas ofertadas para explorar y producir petróleo y gas en aguas profundas, y al menos 14 próximas a regiones consideradas sensibles para la biodiversidad.
Los bloques estaban distribuidos en 11 sectores, pero solo hubo interés en los que se encontraban en la cuenca de Santos, en el litoral del estado de Sao Paulo. El resto, ubicados en las cuencas de Campos, Pelotas y Potiguar, no interesaron a los inversores.
Nueve empresas se inscribieron para participar en la subasta, organizada por la Agencia Nacional de Petróleo (ANP), y solo dos hicieron ofertas. La multinacional anglo-holandesa Shell se hizo con cinco bloques, uno de ellos en consorcio con la colombiana Ecopetrol. Según la prensa, se trata de la primera subasta en la que no participan empresas brasileñas y la que ha recibido el menor número de ofertas.
En total, se recaudaron 37,1 millones de reales (unos 6,8 millones de dólares), frente a los 136 millones de reales (24,6 millones de dólares) que estaban previstos.
Críticas
Decenas de personas se manifestaron este jueves frente al hotel en Río de Janeiro donde se celebró la subasta. En particular, protestaron por las ofertas de los bloques en Potiguar, Río Grande do Norte, porque consideran que suponen un grave riesgo para los archipiélagos de Fernando de Noronha y Atol das Ricas, ambas zonas de preservación ambiental.
Los manifestantes celebraron los resultados de la subasta, que duró poco más de hora y media. “Esto significa una enorme derrota para el Gobierno y para la ANP y confirma lo que llevamos diciendo desde hace tiempo. Es inviable la exploración en áreas de protección ambiental“, declaró a O Globo Juliano Bueno de Araújo, director del Observatorio de Petróleo y Gas del Instituto Arayara.
Por su parte, el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, declaró que el asunto será analizado. “Crearemos grupos de trabajo en la CNPE [Consejo Nacional de Política Energética]”, aseguró el titular, quien añadió que “evidentemente lo que se busca es crear un ambiente de negocios en el que haya seguridad jurídica y regulatoria para las subastas de petróleo y gas”.
A pesar de todo, Rodolfo Saboia, director general de la ANP, consideró el resultado positivo. “Son bloques en una nueva frontera de exploración que implican riesgos exploratorios elevados para las empresas. Además, las compañías se están recuperando del impacto de la pandemia y están siendo muy selectivas en sus inversiones”, justificó.