La alerta se emitió tras el anuncio del presidente Lula de “crear condiciones” para financiar la construcción de un gasoducto de integración energética entre Brasil y Argentina
La técnica de exploración del gas de esquisto no convencional es rechazada por el tercer sector por los daños irreversibles al medio ambiente y los riesgos para la salud de las personas
La oferta del gobierno brasileño de financiar, a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), la construcción de un gasoducto para traer gas de esquisto no convencional de Argentina a Brasil fue duramente criticada por representantes del tercer sector, que ven una total contradicción en relación con los compromisos climáticos, medioambientales y de transición energética justa asumidos por el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En una declaración conjunta oficializada en Buenos Aires el pasado lunes (23 de enero), Brasil y Argentina se comprometieron a evaluar, con “prioridad y urgencia”, la financiación de proyectos considerados “estratégicos” y de interés binacional, entre ellos, el gasoducto argentino Néstor Kirchner, para transportar la producción de gas de las reservas de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, hasta Uruguaiana, municipio de Rio Grande do Sul, en el sur brasileño.
Las críticas de los ecologistas se basan principalmente en que la explotación del gas argentino se lleva a cabo mediante el método de fractura hidráulica (fracking), que ya ha sido prohibido en varios países por ser altamente contaminante y causar daños graves e irreversibles al medio ambiente y a la salud de las poblaciones de los alrededores. En Irlanda, por ejemplo, la prohibición se extiende incluso a la importación de gas procedente de este tipo de prospecciones.
Para la directora ejecutiva del Instituto Internacional Arayara, Nicole de Oliveira, la financiación del gasoducto y la importación de gas argentino darían una señal al mundo de que Brasil está en complicidad con sistemas de producción insostenibles y socialmente injustos, lo que va en dirección contraria a lo que ha predicado el nuevo gobierno.
“Que el gobierno brasileño financie proyectos asociados a la explotación del fracking no es coherente con los compromisos asumidos para hacer frente a la crisis climática, para cumplir los objetivos de reducción de emisiones de carbono y para una transición energética justa. Tampoco ofrece a los brasileños una opción energética limpia y barata”, advirtió el ambientalista.
Daños al medio ambiente y a la economía
El director técnico del Instituto Arayara y del Observatorio del Petróleo y del Gas, Juliano Bueno de Araújo, recuerda que la exploración de gas de esquisto no convencional ya ha causado enormes daños en la región argentina de Vaca Muerta, afectando no sólo al medio ambiente y a la salud de la población, sino también a la economía local, basada en la agricultura familiar. Decenas de familias productoras de manzanas y peras han sufrido pérdidas de productividad debido a la contaminación del suelo y el agua. También han perdido competitividad frente a otros países exportadores de fruta, como Chile.
“El pretexto de traer gas de Argentina para abaratar los costos de producción de la industria brasileña podría llevar a nuestro país a pagar un alto precio en pérdida de credibilidad frente a otros mercados, además de señalar a la industria de petróleo y gas que el gobierno también podría llegar a considerar la liberación del fracking en nuestro territorio, lo que sería un completo desastre”, señaló Araújo.
En Brasil no existe ninguna normativa para la exploración no convencional de gas de esquisto y la sociedad civil lucha por que se prohíba aquí el fracking, siguiendo el ejemplo de países como Alemania, Francia, España y Bulgaria.
El año pasado, ARAYARA.org y la Coalición No Fracking Brasil por el Clima, el Agua y la Vida (Coesus) lanzaron una versión actualizada de la Cartilla No Fracking Brasil, que forma parte de las acciones de campaña lideradas por las organizaciones desde hace más de 10 años. La publicación recoge información detallada sobre la explotación no convencional de gas de esquisto mediante fracturación hidráulica y sus graves repercusiones para el medio ambiente y las personas.